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  • Foto del escritorEdith González

Las mujeres en la lucha climática

Llevamos todo el mes leyendo sobre los avances y retrocesos en la equidad de género y de cómo la pandemia ha agudizado la brecha de género en todos los aspectos de la vida: lo laboral, económico, familiar, etc. Incluso la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) señaló que retrocederemos 10 años en la lucha por la igualdad de género en la región.

Sí, los países -eternamente llamados ‘en desarrollo’ o -de renta media o baja´- tendrán que hacer los mayores esfuerzos para que no se haga demasiado grande esta brecha, pero ¿qué pasa con los países de arriba, los industrializados? Al menos en el tema ambiental de alto nivel, están por los suelos.


Se ha criticado mucho que el equipo de trabajo para la próxima COP26 a realizarse en Glasgow, Reino Unido en noviembre, ¡no hay una sola mujer!, al menos no en la primera línea. Y eso que la cumbre mundial de este año pinta para ser la más importante luego de la del 2015 cuando se acordó el Acuerdo de París, ya que regresa Estados Unidos al acuerdo, se replantearan metas en el contexto de la recuperación post pandemia y la ONU y otros organismos internacionales han declarado abiertamente que de seguir así (business as usual) todo esfuerzo realizado hasta ahora se irá a la basura y la temperatura global aumentará 3ºC a fin de siglo.

El equipo de trabajo rumbo a la COP26, a realizarse en Reino Unido, la primera línea está formada por hombres: el primer ministro, Boris Johnson; el secretario de Relaciones Exteriores, Dominic Raab; el exdirector del Banco de Inglaterra y asesor de finanzas del Ministro para la COP, Mark Carney; Alok Sharma, Presidente de la COP26; Peter Hilll, Director Ejecutivo de la COP26 y Nigel Topping, negociador de alto nivel de la COP26.


Este ‘Club de Toby’, como lo han llamado algunas ecologistas europeas, es más criticable porque da la casualidad que los organismos internacionales ambientales están liderados por

mujeres: Inger Andersen, dirige el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA, en la foto izquierda); Ligia Noronha, es Subsecretaria General de la ONU y Jefa del PNUMA en Nueva York; la diplomática mexicana Patricia Espinosa es Secretaria Ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC); Elizabeth Maruma Mrema, es Secretaria Ejecutiva de la Convención sobre la Diversidad Biológica (CBD, por sus siglas en inglés); Ana María Hernández Salgar, es presidenta de la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES); Phumzile Mlambo-Ngcuka, es Directora Ejecutiva de ONU Mujeres; Ngozi Okonjo-Iweala, es Directora General de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y Ursula von der Leyen, es presidenta de la Comisión Europea. Además hay que recordar a la ex secretaria ejecutiva de la Convención Marco de la ONU sobre Cambio Climático, la costarricense Christiana Figueres, la artífice del Acuerdo de París.


En el mundo de las organizaciones ecologistas, es destacable Greta Thunberg y su movimiento Fridays for Future; la directora de Cooperación climática internacional en World Wildlife Fund (WWF) Maniana Panuncio-Feldman; la directora de Greenpeace internacinal, Jennifer Morgan, o la secretaria ejecutiva de SEO-Birdlife, Asunción Ruiz. Más miles de mujeres activistas en todo el mundo que han liderado la defensa de sus territorios, agua, bosques, etc.


Una indígena en el gabinete presidencial


Otra mujer destacable es Deb Haaland, quien es la primera mujer indígena en llegar al gabinete de un presidente de Estados Unidos. El presidente Joe Biden, la nombró secretaria del Interior, cargo que está estrechamente vinculado a la gestión de tierras federales, donde convergen reservas naturales y megaproyectos que atraviesan territorios indígenas, como los controversiales oleoductos Keystone XL o Dalota Access, o la protección de vida silvestre en Yellowstone.

Considerada por algunos congresistas como `radical´ Haaland, nativa de Arizona y abogada ambiental, ha señalado que su política será respetar a las más de 600 tribus nativas existentes en Estados Unidos, una postura importante puesto que su agenda política incluye el impulso a las energías renovables.

En las elecciones del 2018, Deborah Haaland y Sharice Davids, se convirtieron en las primeras indígenas nativoamericanas en llegar al Congreso de Estados Unidos, en 230 de historia.


América Latina sorprende con su inclusión


De acuerdo a un reporte de ONU Mujeres y la Unión Interparlamentaria, las mujeres tienen escasa presencia en las altas esferas del poder: representan solo un 6% de los jefes de Estado y de Gobierno en el mundo.

Las mujeres ministras en carteras como finanzas o defensa continúan siendo minoría, y entre las más ejercidas se encuentran las de medio ambiente, energía, de asuntos sociales, de la mujer e igualdad de género. Son muy pocas la de defensa o seguridad.

El número de naciones en las que las mujeres ocupan el 50 por ciento o más de los puestos ministeriales descendió de 14, en 2020, a 13, en 2021, la mayoría de estos cargos son en Europa. En América Latina sorprendió que un país tiene, a nivel mundial, el mayor porcentaje de mujeres ministras con un 58%: Nicaragua.


En México, el país que presenta una de las brechas más amplias en disparidad salarial dentro del grupo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), este mes se ha aprobado una reforma sobre igualdad salarial entre hombres y mujeres y obliga a los patronos a dar igualdad de oportunidades en los ascensos.





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