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Pésimo trío: hambre, malnutrición y pobreza

En solo dos años el número de personas con hambre ha pasado de 135 a 193 millones, y es probable que este 2022 sea peor.


La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) nos indica que el hambre sigue aumentando en el mundo. En año pasado alcanzó la cifra de 828 millones de personas con hambre, un aumento de alrededor de 46 millones de personas desde 2020 y ¡150 millones desde 2019!

La situación es similar para la inseguridad alimentaria aguda a nivel de crisis, o crisis esporádicas y repentinas que limitan el acceso de las personas a los alimentos a corto plazo, hasta el punto de que sus vidas y medios de subsistencia están en peligro.


En algunas partes del mundo las personas están muriendo por inanición y los niños están perdiendo su oportunidad de un futuro saludable debido a la malnutrición grave. Incluso la malnutrición de leve a moderada puede aumentar el riesgo de que un niño muera por varios motivos y tiene un efecto duradero en el desarrollo físico y cognitivo.


Los conflictos, las crisis y las recesiones económicas, la emergencia climática y la degradación medioambiental son los principales impulsores del hambre y la inseguridad alimentaria a escala mundial. También lo son los efectos colaterales de la COVID-19, que han interrumpido las cadenas de suministro y limitado la capacidad de las personas para ganarse la vida.


La guerra en Ucrania ha exacerbado aún más la situación al impedir el acceso a cereales básicos para los países que importan de esa región, uno de los mayores graneros del mundo para los principales países importadores y al aumentar el coste de los insumos, especialmente los fertilizantes, haciéndolos menos asequibles para los agricultores y afectando la siembra de cultivos de alimentos básicos y otros alimentos nutritivos para la próxima cosecha. Como consecuencia, los precios han aumentado aún más y podrían llevar a más millones de personas al borde del hambre y la malnutrición.

El hambre, la malnutrición y la pobreza son más difíciles de superar cuando vives en una guerra, conflicto o en un zona propensa a desastres naturales.


En las últimas décadas un número cada vez mayor de crisis ha evolucionado desde eventos catastróficos a corto plazo hasta crisis prolongadas a más largo plazo, en las que se combinan muchos tipos de perturbaciones y, con el tiempo, dejan atrás a un número cada vez mayor de personas.


Ayuda urgente


La mayoría de los países en desarrollo carecen del espacio fiscal necesario para amortiguar el golpe de las subidas de precios y el correspondiente aumento en sus costes de importación de alimentos. Al mismo tiempo, muchos no pueden pedir dinero prestado porque los mercados crediticios están vedados para ellos. A aquellos que pueden pedir prestado se les cobran altas tasas de interés, que los ponen en riesgo de sobre endeudamiento e impago.


Muchos países en desarrollo ya están al borde del impago. Las familias de bajos ingresos necesitan redes de seguridad social ahora más que nunca, para mantener la seguridad alimentaria y la nutrición, y un nivel de vida digno. La comunidad internacional debe dar un paso al frente y coordinar sus esfuerzos para apoyar a los más vulnerables.

El informe de 2022 del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático afirma que el aumento de los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos que afectan a todas las regiones del mundo, ya ha expuesto a millones de personas a una inseguridad alimentaria aguda y a una seguridad hídrica reducida.


En México se firma acuerdo

En lo que corresponde a México, el pasado lunes 3 de octubre se firmó el Acuerdo Antiinflacionario, entre el gobierno federal y 15 empresarios del sector alimentario, el cual consiste en otorgar una licencia única para la importación y distribución de alimentos e insumos para el envasado, misma que los exime de tramites o permisos, tanto de impuestos como de sanidad, inocuidad y calidad.

La idea de este acuerdo es que se impulse la producción y comercialización para garantizar que la canasta básica compuesta de 24 productos, baje 8 por ciento. Además, si se consiguen alimentos más baratos en el extranjero, éstos puedan entrar sin obstáculos, ni trabas burocráticas.


Como ejemplo, el presidente Andrés Manuel López Obrador señaló en conferencia que “antes no se permitía la entrada de carne de Argentina, donde su principal producción es la carne de res y su principal comprador en China, pero debido a la guerra y la pandemia, China está bajando su crecimiento y le está dejando de comprar a Argentina un 20 por ciento de la carne que adquiría; ello ha bajado su precio”.


El acuerdo lo firmaron Walmart, Chedraui y Soriana, las tres empresas que controlan el 80 por ciento de la distribución de alimentos en el país.

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