-Consumo anual subió de 19 a 23 kilos por persona
-Jalisco, Sonora, Yucatán y Veracruz, los principales productores.
La industria porcícola nacional presenta un crecimiento acelerado en producción, pero sobre todo en exportación por la alta demanda local e internacional; sin embargo, grupos ecologistas afirman que este auge tiene un enorme costo al medio ambiente, por lo que autoridades están verificando a las empresas que cumplan normas en la materia o de lo contrario cerrarán operaciones.
Viridiana Lázaro, campañista de agricultura y cambio climático de Greenpeace, puntualizó a MILENIO que ni la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) ni la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) tienen estudios tangibles sobre la grave contaminación de las granjas porcícolas en el país.
Por lo anterior pide una verificación del impacto ambiental por empresa y cancelación de permisos a quienes no demuestren el cumplimiento de la NOM-001 Semarnat- 2021 y 127-SSA. La NOM-001 Semarnat- 2021 establece los límites permisibles de contaminantes en las descargas de aguas residuales en cuerpos receptores propiedad de la nación, mientras que la NOM 127-SSA establece los límites permisibles de calidad y tratamientos de potabilización del agua para uso y consumo humano.
Jalisco es el estado con mayor producción de carne de cerdo en México, con 381 mil toneladas anuales, seguido por Sonora con 303.6 mil; Puebla, con 181.7; Yucatán, con 155.5, y Veracruz con 152.5 toneladas al año, según el Consejo Mexicano de la Carne (Comecarne). Entre las cinco representan siete de cada 10 toneladas de la producción nacional.
En abril pasado, la Profepa clausuró una granja porcícola ubicada en Tepatitlán de Morelos, Jalisco, por el inadecuado tratamiento en el acopio y manejo de los residuos, y porque no acreditó contar con el plan de manejo de los mismos.
En el municipio de Emiliano Zapata, Veracruz, vecinos piden el cierre de dos granjas por la contaminación que emiten y que afecta a la población.
Otro caso muy sonado es Yucatán, entidad donde Lázaro, de Greenpeace, refirió que tan sólo entre 2017 y 2021 la actividad porcícola es la causante de la deforestación de más de 10 mil hectáreas de selva, además de la grave contaminación de suelos y cuerpos de agua, debido a que del nitrógeno que se suministra a los cerdos en forma de proteína, únicamente entre 20 y 40 por ciento es retenido por el animal y el excedente es expulsado a través de heces u orina. “La presencia de nitratos (NO3) en los sistemas públicos de abastecimiento de agua representa un grave riesgo sanitario que puede producir nitrosaminas, que es una sustancia que aumenta el riesgo de cáncer de estómago y afecciones respiratorias, así como metahemoglobinemia conocida como síndrome de los niños azules”, contó la ambientalista.
Sí cumplimos: empresas
César López Amador, director general de la Organización de Porcicultores de México (Opormex), enfatizó que las empresas y productores porcícolas trabajan a conciencia no sólo para cumplir sino para exceder la observancia de las normas ambientales, porque la sustentabilidad es el principio que rige a las más de 800 asociaciones que representan 80 por ciento de la producción nacional.
Prueba de que se cumplen con las normas ambientales y de sanidad, dijo, es que la industria porcícola nacional exporta a mercados como Japón, Estados Unidos, China y Corea del Sur donde se destina 14 por ciento de la producción una vez atendida la demanda doméstica; desde 2020, ésta mantiene un ritmo anual de crecimiento de 2 por ciento debido a que tiene un menor precio respecto a otras proteínas como la carne de bovino y que además es utilizada en varios platillos mexicanos.
“La industria porcícola en México genera más de 79 mil millones de pesos anuales y es fuente de empleo directo para 370 mil personas y aporta 1.8 millones de empleos indirectos, por lo que no es saludable estigmatizar cuando se cumple con la normatividad ambiental y de sanidad a grado que la propia Organización Mundial de Salud Animal tiene a México entre los cinco principales países certificados libres de todo tipo de enfermedades porcinas luego de Australia, Estados Unidos, Portugal y Suiza”, indicó.
Datos de Comecarne muestran que la producción nacional de carne de cerdo en 2021 fue de 1.7 millones de toneladas —22.6 por ciento mayor a lo registrado en 2006—; de esta cifra, 251.5 mil se enviaron a otros mercados, siendo 134 por ciento superior a lo exportado cinco años antes.
“La propia inspección y exigencia de nuestros clientes en el exterior nos obliga no solo a cumplir las normas sino a superarlas para que nuestro producto mantenga su calidad. En Opormex estamos siempre abiertos al diálogo con las autoridades sanitarias, de protección al medio ambiente y con las propias organizaciones ecologistas para revisar la normatividad y mejorarla en beneficio de una industria más sustentable”, destacó el directivo de la organización de porcicultores.
Expuso que ante un aumento de 19.6 a 23 kilogramos en el consumo per cápita de carne de cerdo y sus derivados en los últimos dos años, la industria porcícola en México tiene autosuficiencia para aumentar la producción. Sin embargo, López consideró que el desafío para estas empresas es contar con un mayor apoyo de las autoridades federales para que los productores avancen en la tecnificación de sus procesos y bajen costos de producción que conlleven a un mayor abasto y diversificación de mercados.
Fuente: Milenio 03/12/2022
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