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Foto del escritorAlma Estrada

Educarnos para sobrellevar la crisis climática

-La UNESCO propone reconocer al cambio climático como una prioridad en la educación.


-Un estudio revela la deficiencia que existe sobre temas ambientales en los planes educativos de 46 países.


Cada nuevo año es una oportunidad de hacer las cosas diferentes, empezar un nuevo ciclo renovado y con nuevos bríos para, esta vez, hacer las cosas diferentes, mejores o correctas. En este sentido, la educación es primordial y más aún, aquella orientada al conocimiento ambiental, del cuidado de los recursos del planeta (que recordemos: son finitos) y de la crisis climática que, en conjunto, suman una serie de términos y conceptos que hasta la población infantil debe conocer.

Para saber dónde estamos parados en el tema de la educación ambiental, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), se dio a la tarea de revisar los planes pedagógicos de primaria y secundaria de 46 países (de un total de 193 Estados miembro) y encontró que más de la mitad no hace referencia al cambio climático, el 45% de los documentos educativos revisados a escala nacional hacen poca o ninguna referencia a temas relacionados al medio ambiente y solo el 19% habla de la biodiversidad.


El documento Aprender por nuestro planeta, revisión global de cómo los temas relacionados al medio ambiente están integrados en la educación, publicado el año pasado, destaca que a pesar de que el 83% de los países han progresado en sus políticas educativas y planes pedagógicos al mencionar al menos una vez temas de medio ambiente, su profundidad educativa fue muy baja, se da más atención al ‘medio ambiente’, que a términos como ‘cambio climático’, ‘sostenibilidad’ o ‘biodiversidad’.

En 2019, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó una resolución en la que se pedía a la comunidad internacional que ampliara la educación para el desarrollo sostenible con el fin de alcanzar los objetivos fijados en la Agenda 2030.

Además, mientras que la atención que se brinda al aprendizaje sobre el clima y a otros temas relativos al medio ambiente es continua (biología, ciencia y geografía), las competencias sociales no se desarrollan por igual. Hay obstáculos formativos, lingüísticos, sociales y políticos que limitan la inclusión de contenidos profundos que permitan dotar a los estudiantes de conocimientos, habilidades, actitudes y valores para que actúen a favor del planeta. Por ejemplo, en una encuesta en línea realizada para el estudio, arrojó que un tercio de 1,600 profesores y responsables de educación, no reciben formación docente en temas relacionados con el medio ambiente.


El documento también destaca la falta de atención a las habilidades socioemocionales y a las competencias orientadas a la acción, fundamentales para la acción medioambiental y climática.


La educación para el 2030 en tiempos de pandemia


Derivado de este documento, de la Conferencia Mundial sobre la Educación para el Desarrollo Sostenible realizada en Berlín, Alemania en mayo pasado y del informe Los futuros de la educación (Reimaginar juntos nuestros futuros: un nuevo contrato social para la educación), la UNESCO ha decidido hacer de la educación ambiental un componente clave en los planes educativos de todos los países miembro, rumbo el 2030.


Ello a pesar del panorama regresivo en materia de educación mundial derivado de la pandemia. Un informe publicado a finales del 2021 por el Banco Mundial, UNESCO y el UNICEF señalan que las pérdidas de aprendizaje por el cierre de escuelas debido a la COVID-19 podrían debilitar a toda una generación, incluso en algunos países las pérdidas el promedio de aprendizaje son proporcionales a la duración del cierre de escuelas.

A pesar de este panorama, a partir del 24 de este mes, fecha en que se celebra el Día Internacional de la Educación, este año bajo el lema “Cambiar el rumbo, transformar la educación”, la UNESCO pondrá en marcha una campaña mundial para difundir la Declaración de Berlín sobre la Educación para el Desarrollo Sostenible, en particular el objetivo de reconocer al cambio climático como una prioridad en la educación para el desarrollo sostenible (EDS) y diseñará un sistema para evaluar cómo avanzan los países en este tema en tres años. Todo un reto.













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