“Condenar a los murciélagos es un acto de absoluta irresponsabilidad que carece de rigor científico y que puede causar serios daños, pues tal como lo observamos en el inicio de la pandemia por Covid-19, pueden comenzar a darse matanzas masivas de esta especie en diversas poblaciones por temores mal infundados y perjudicar el equilibrio ecológico”
El 29 de diciembre se dio la noticia de que tres niños de Oaxaca habían sido contagiados de rabia y, lamentablemente, uno de siete años, murió. La rabia, dijeron las autoridades de salud local, provino de un murciélago que entró en la casa de los pequeños el primero del mes y los mordió cuando dormían.
Los murciélagos son polinizadores vitales para los ecosistemas y está en peligro de extinción. Además son controladores de insectos que transmiten enfermedades o que son plagas potenciales de cultivos como el algodón, cítricos y nogales.
Sin embargo, especialistas en mamíferos silvestres del país señalaron que, aunque la cepa de rabia provenga de un murciélago, no hay ningún indicio de que las agresiones hayan sido causadas directamente por una de las 30 especies que existen de este animal, por ello condenaron la forma irresponsable en que autoridades culparon a los murciélagos.
Al respecto, el presidente de la Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de México (AZCARM), Ernesto Zazueta, señaló que “condenar a los murciélagos es un acto de absoluta irresponsabilidad que carece de rigor científico y que puede causar serios daños, pues tal como lo observamos en el inicio de la pandemia por Covid-19, pueden comenzar a darse matanzas masivas de esta especie en diversas poblaciones por temores mal infundados y perjudicar el equilibrio ecológico”.
El Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (Indre) confirmó que el virus de la rabia fue el causante de la muerte de uno de los pequeños, pero no aclaró la especie que fue transmisora; mientras que la Secretaría de Salud federal aseguró en un comunicado que la muerte y padecimientos de los menores fueron causados por un murciélago.
Los especialistas de este tipo de mamíferos informaron que es muy poco probable que un solo individuo de murciélago hematófago haya mordido o atacado a varias personas, pues solo requieren entre 15 y 20 mililitros de sangre por noche (el equivalente a dos cucharadas de té) para sobrevivir. Y señalan que tampoco podrían haber sido varios murciélagos porque esta especie busca alimento de manera solitaria.
Otro dato a resaltar, es que las autoridades informaron que los menores fueron mordidos en cara, brazos, y en la parte inferior de la espalda, y que no se encontraron manchas de sangre tras la supuesta agresión. Esto mientras que los lugares más susceptibles del cuerpo humano para ser mordidos por esta especie son las puntas de los dedos de manos y pies, los lóbulos de las orejas, la punta de la nariz, partes del cuerpo altamente irrigadas que suelen estar al descubierto, y siempre dejan un rastro de sangre visible en las víctimas.
Finalmente, señalaron los expertos, la conducta agresiva es poco frecuente en murciélagos con signos de rabia, por el contrario la rabia en estos animales tiende a provocar cuadros paralizantes y no agresivos. Y si llegan a darse mordeduras, es en casos excepcionales, como cuando las personas agarran a los murciélagos con las manos.
En este sentido, es altamente improbable que los menores hubieran sido mordidos por un hematófago en la espalda. Además, la mayoría de los murciélagos evitan zonas iluminadas con actividad humana, por lo que la probabilidad de que entren en áreas habitadas es prácticamente nula.
Independientemente de que se trate de un caso aislado o de que falten estudios científicos que corroboren las características del presunto murciélago, el caso es que, cada vez más, la frontera entre vida silvestre y vida urbana es más tenue y esto conlleva consecuencias graves. Ya la ONU lo anticipó con motivo de la pandemia por covid-19: el 75% de las enfermedades emergentes y casi todas las pandemias son zoonóticas, es decir, se transmiten de animales a humanos, por ello si no cuidamos los ecosistemas naturales y la vida silvestre, las cosas se pondrán mucho peor.
En la misma línea, el informe “Pérdida de naturaleza y pandemias” de la World Wildlife Fund (WWF), señala que “cuando la naturaleza se altera o destruye, se debilitan los ecosistemas naturales y se facilita la propagación de patógenos, aumentando el riesgo de contacto y transmisión al hombre, con los consiguientes efectos negativos sobre nuestra salud. Por ello, es urgente frenar la extinción de la biodiversidad”.
El 75% de las enfermedades emergentes en los últimos cuarenta años han sido transmitidas por animales salvajes.
Asociaciones que se pronunciaron a favor de los murciélagos: Asociación Mexicana de Mastozoología A. C. (AMMAC); Asociación Mexicana de Medicina de la Conservación; Kalaankab A.C.; Conservación de la Biodiversidad del Usumacinta A.C. (COBIUS); Instituto Mexicano De Fauna Flora y Sustentabilidad Social A.C.; Kanan por la Vida Silvestre; Programa para la Conservación de los Murciélagos de México (PCMM); Unidos por un Manejo Sostenible de Nuestra Biodiversidad; Red de Fauna Nativa en Ambientes Antropizados (REFAMA); Red Latinoamericana y del Caribe para la Conservación de los Murciélagos (RELCOM) y la Sociedad Mesoamericana para la Biología y la Conservación, Capítulo México (SMBC).
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