Investigadoras de la Universidad de Guadalajara crearon una película biodegradable a partir de almidón de maíz y cartón de embalaje reciclado.
Para reducir del proceso la mayor cantidad de contaminantes, las científicas modificaron la química del almidón de maíz con el objetivo de mejorar sus propiedades de resistencia y absorción de humedad, lo mezclaron con químicos de grado alimenticio y agua y lo sometieron a temperatura y agitación constante. A final, obtuvieron un gel (biopolímero) al que adicionaron un plastificante para lograr una película flexible.
El material puede ser usado para empaques o recubrimientos de alimentos secos, entre otros usos, y tiene como ventaja su rápida degradación.