El crecimiento de la población del planeta parece no detenerse. Las tendencias demográficas proyectan que para los siguientes 50 años la población mundial sumará 3.000 millones de personas más, por lo cual será un enorme reto garantizar la disponibilidad, la gestión sostenible y el saneamiento del agua para todos.
El objetivo 6 de los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) se compromete al acceso universal del agua, saneamiento e higiene y para lograrlo, se requiere que la fuente de agua potable que llega a los hogares este disponible en cualquier momento y este libre de materia fecal y contaminantes químicos, situación que podría provocar un fuerte riesgo asociado a la mortalidad.
Por ejemplo, en Nigeria el 66% de la población tiene acceso a una fuente de agua, pero sólo el 10% tienen acceso en instalaciones (figura 6c), el resto debe planear viajes para recoger el agua, lo cual les puede tomar hasta 40 minutos en conseguirla.
El consumo del agua cuenta con dos problemáticas. La primera es la escasez física del agua, donde la demanda es mayor que el suministro; mientras que la segunda es la escasez económica de agua que supone la disponibilidad de agua pero por alguna razón económica no es posible utilizar plenamente la fuente origen (costos de extracción, agua contaminada, etc.).
La escasez económica del agua es la forma más injusta, ya que casi en su totalidad se debe a un mal gobierno que permite que la condición persista y se amplíe la brecha de desigualdad de recursos. América Latina y gran parte de África subsahariana presentan este tipo de escasez de agua.

El Mapa de Escasez de Agua del Instituto Internacional de Gestión del Agua (IWMI, por sus siglas en inglés) se basa en un escenario dominado por el uso del agua para la producción de alimentos.
A pesar que Latinoamérica cuenta con alrededor del 31% de los fuentes de agua potable en el mundo, la región podría ser una de las regiones más afectadas en una eventual crisis provocada por el cambio climático.
Aproximadamente 37 millones de personas carecen de acceso a agua potable, y casi 110 millones no tienen acceso a saneamiento. En algunos países, como Perú, en donde cerca del 90% de la población cuenta con abastecimiento de agua, el servicio presenta importantes limitaciones, con un suministro intermitente, baja presión y calidad deficiente del agua potable.
De continuar el actual consumo de agua, el mundo enfrentará una severa escasez del líquido para el 2030 según reportes de la ONU, lo que podría desatar conflictos entre diversos sectores económicos e incluso entre regiones y países. Se estima que para esas fechas faltará un 40% del agua que necesitaría el planeta para subsistir y mantener sus actividades productivas.
Bibliografía
http://www.cropscience.org.au/icsc2004/plenary/1/1994_rijsbermanf.htm
https://thewaterproject.org/
http://datos.bancomundial.org/indicador/DT.IXA.DPPG.CD.CG?locations=KY-XC-1W