Debido a nuestros malos hábitos estamos haciendo que el fósforo deje de ser un nutriente deseable a ser un contaminante en las regiones urbanas más densamente pobladas y en las áreas con agricultura intensiva. Esto debido al continuo derrame de detergentes, pesticidas, fertilizantes y aguas residuales urbanas e industriales en las cuencas fluviales de todo el mundo, alterando con ello los ecosistemas acuáticos y su funcionamiento.
Greenpeace China ha reportado que el agua del lago eutrofitzado Dianchi, ya es inservible para el consumo y el uso agrícola e industrial.
Por ejemplo, algunas especies de algas al acumular fósforo en cantidades excesivas en su organismos provoca un crecimiento desmedido a tal punto que terminan por impedir el paso de la luz, de manera que las algas del fondo no pueden realizar la fotosíntesis y el agua acaba perdiendo casi todo el oxígeno.
Las algas y plantas acuáticas juegan un papel fundamental en el mantenimiento de la calidad del agua y de la biodiversidad en los ecosistemas de agua dulce, ya que están en la base alimentaria de una gran red de organismos y de continuar con esta situación, los problemas pueden pasar a otros ecosistemas cercanos y afectar zonas de vital importancia para los humanos, además de reducir la disponibilidad de agua para nuestro uso.